martes, 15 de junio de 2010

La hora de la hipertelevisión

La influencia de Internet se hace sentir no sólo en los denominados “nuevos medios”, sino también en los medios tradicionales. El lenguaje de la TV ha ido incorporando en los últimos años aspectos propios de la interactividad de las redes digitales.

Artículo publicado en Prisma Sindical, publicación periódica del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) Seccional Capital, Año 3, N° 17, Junio de 2010, pág. 12.


En los años ochenta, Umberto Eco (1986), en su libro “La estrategia de la ilusión”, trazaba una distinción de lo que él denominaba la paleotelevisión –aquella vieja TV que se esforzaba por no mostrar el artificio tecnológico, escondiendo los micrófonos y evitando las alusiones hacia ella misma- y la neotelevisión, la cual habla todo el tiempo de ella misma, muestra la maquinaria televisiva con orgullo y manifiesta una mezcla cada vez más fuerte entre información y entretenimiento. Los distintos formatos de reality show, los programas que hablan de otros programas y los periodistas que hablan de otros periodistas son un ejemplo de esta neotv que se instaló en los años noventa para no irse.
Sin embargo, en su último libro, Carlos Scolari (2008) se pregunta a acerca del tipo de espectador modelo que está construyendo la televisión justo en momentos en que los denominados nativos digitales (Prensky, 2001) han desarrollado nuevas competencias perceptivas y cognitivas. En ese sentido, Scolari sostiene que “a partir de las experiencias hipertextuales, los medios tradicionales deben adaptar su producción a estos nuevos perfiles de espectadores”, y es por eso que propone un concepto superador de la divisoria paleo/neo TV, y propone el término hipertelevisión para definir este momento de evolución mediática.

La hipertelevisión, siguiendo a Scolari, tiene las siguientes características, que se pueden ver en series tales como 24, ER Emergencias, Six Feet Under, en realities como Gran Hermano y también en los noticieros vernáculos, que adoptan algunas de ellas para captar el interés del espectador:

  • Multiplicidad de programas narrativos: a diferencia de las viejas series basadas en relatos lineales y unitarios, en la ficción hipertelevisiva las historias se multiplican y las aventuras de sus personajes se entrecruzan formando una compleja trama argumental.
  • Fragmentación de la pantalla: con este recurso, que se utiliza para presentar varios programas narrativos en forma simultánea, la TV busca parecerse a la pantalla de la computadora. En muchos programas periodísticos, el uso del videograph o zócalo (texto que aparece en la parte inferior de la pantalla) se ha vuelto una práctica editorial más que informativa.
  • Ritmo acelerado: el montaje se acelera para dar cabida a todos los programas narrativos, desde series frenéticas como 24 hasta los noticieros, que no dan respiro al espectador por la sucesión rápida e implacable de planos, historias y movimientos de cámara.
  • Intertextualidad desenfrenada: la cita constante a otros programas o producciones es una de las características de la estética posmoderna, en virtud de la cual la TV se canibaliza y autoconsume, dando lugar a la llamada metatelevisión (Carlón, 2006)
  • Extensión narrativa: los relatos de la hipertelevisión no se agotan en una capítulo ni en una temporada, sino que se extienden a través de los años, no sólo en la “pantalla chica” sino en otras interfaces como los videojuegos o los cómics, integrando así un relato transmediático que los coloca dentro de un universo mayor que los contiene (Jenkins, 2006).

Scolari sostiene que todas estas características enunciadas “provienen de experiencias de consumo hipertextual como la navegación en internet, los videojuegos o el trabajo multitasking con diferentes ventanas-aplicaciones al mismo tiempo”.  De esta manera, adoptando la perspectiva de la ecología de los medios -la cual implica que éstos no se reemplazan entre sí sino que se influyen mutuamente provocando reposicionamientos y mutaciones en sus formas de construir y comunicar los mensajes- podemos comprender la importancia de entender cómo nuestros alumnos y nosotros mismos cambiamos nuestro modo de percibir. La convergencia mediática y cultural que vivimos, con su característica fundamental de la interactividad gracias a la digitalización de la información, requiere de nuevos modos de uso y recepción, y desde las escuelas debemos dar cuenta de estas transformaciones, que ejercen su influencia sobre las formas de transmisión y construcción de la cultura.



Bibliografía citada:

Carlón, Mario, De lo cinematográfico a lo televisivo: metatelevisión, lenguaje y temporalidad, (Buenos Aires), La Crujía, 2006.

Eco, Humberto, La estrategia de la ilusión, (Barcelona), Lumen, 1986.

Jenkins, Henry, Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación,  (Barcelona), Paidós, 2008. 2006.

Prensky, Marc, Digital Natives Digital Immigrants, On the Horizon, MCB University Press, Volumen 9 N° 5, Octubre de 2001.

Scolari, Carlos, Hipermediaciones. Elementos para una Teoría de la Comunicación Digital Interactiva, (Barcelona), Gedisa, 2008.

1 comentario:

  1. gabrielacatini@gmail.com8 de octubre de 2020, 4:53

    Hola Profesor! La verdad que cada cuestión que explicas me hace volver a los 90 y no dejo de pensar en quienes no tuvieron la oportunidad que tuve de poder leer y mirar otras cosas, además de interactuar con cantidad de personas diferentes, de las cuales aprendí y aprendo infinidades de cuestiones. Siempre hablamos con un hermano sobre la televisión de los 90, tan agresiva, repetitiva, que además moldeo una forma de ver el mundo, la cual muchos/as de nuestros/as adultos/as llevan encima. Todo lo que explicas es sumamente interesante para entender una época.

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